domingo, 17 de agosto de 2008

Viaje de California


Viaje de California
José María Marco
Pretextos, 1991
61 pp.





Sesenta páginas son pocas para un libro. Por eso se hace rara la sensación de empezar a leer Viaje de California, un corto relato que tiene uno la impresión de que va a terminar casi antes de haberlo empezado.

La escritura se desenvuelve, de principio a fin, en un estilo extremadamente directo. “El avión aterriza en L.A.X , aeropuerto internacional de Los Angeles, a las tres y media de la tarde. Hemos salido de Madrid a las once de la mañana. Larga cola para el control de aduanas. Rutina, ¿comida?, ¿regalo? Paso un buen rato en el vestíbulo esperando a S. Cansancio, ¿irritación?”

Y de nuevo el casi-libro depara esta sensación de extrañeza que se disuelve al recordar que José María Marco, el autor, es el director de la revista Dezine. Y al caer en la cuenta de que más que frente a un libro, lo que tenemos entre las manos es una película. O la escaleta de una película.

Cuesta algún minuto –si fuera más llegaríamos al final del libro- hacerse al tono tan exageradamente sintético de la redacción. Pero el curso lineal de la palabra crea por sí mismo una atmósfera, y el contenido estrictamente descriptivo siempre acaba por dibujar una historia que el autor administra en forma de diario.

Más que como un relato, Viaje de California transcurre como una sucesión de fotogramas que apuntan a escenas cotidianas y actuales. Los distintos flashes que construyen la narración sitúan en el mismo plano los acontecimientos que retratan. Hacen de ellos una simple colección de sucesos. Y en ese proceder acumulativo crean una realidad sólo ordenada por el transcurso de tiempo, sin explicaciones ni valoración de ningún género.

Pero en medio de esa frialdad, no hay en Viaje de California una mirada ingenua o desprovista de intención. El mundo gay y el sida están presentes en la historia y la sustentan. Y la frialdad radical del discurso, en lugar de disolver todos los temas en una mezcla sin perfiles, paradójicamente los realza y omitiendo estos perfiles da relieve y sentido a las escenas que cuenta.

Viaje de California se publicó en 1991 y sigue siendo actual. A lo largo de un recorrido por Los Angeles, el Death Valley, San Francisco, Carmel, Santa Rosa, Monterrey y otros lugares, casi todos con nombres de resonancias españolas, se va dibujando en el texto una California convertida ya en un icono. Se trata de una realidad legitimada por el tiempo y que coincide con la imagen que nos hemos hecho de aquella época que se caracterizó por la emergencia de la homosexualidad y también del sida.

California tiene hoy mismo otras referencias y otras preocupaciones primordiales, pero el mismo impacto que tuvo la generación beat, tiene hoy y se deja sentir con mayor proximidad el retrato –o la road movie, por mantener la referencia cinematográfica- centrado tan singularmente en la relación gay que nos ofrece José María Marco en su Viaje de California.

No hay que buscar en el libro una novela compleja, elaborada o extensa. El autor ha elegido trazar su historia recurriendo a pinceladas precisas y sobrias, a una forma de comunicación esquemática. Pero el relato que resulta traslada al lector la imagen y el sentimiento de una California que reconoce como real y que compone de la esencia misma de un lugar único.

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