domingo, 9 de noviembre de 2008

Rumbo a las 7 Islas



Josep A. Pujante
Nacional Geographic/RBA Libros, 2008
383 pp.





Desde el inicio de la lectura de Rumbo a las 7 Islas se aprecia que J. A. Pujante ha nacido para viajar. Se mueve de un lugar a otro con soltura, disfruta del viaje y consigue vivirlo sin aparente esfuerzo y siempre con gusto.

Es importante reseñar esto porque Rumbo a las 7 Islas no es una aventura cómoda y se prestaría a hacer de ella un relato con las tintas cargadas en el esfuerzo y en el sacrificio por superar los obstáculos. No en vano, el viaje que nos cuenta J. A. Pujante no es un recorrido de placer. ¿O sí lo es? La duda es lo que hace singular al libro y a su autor.

Rumbo a las 7 Islas es la crónica de una expedición cuyo objeto es recalar en las siete islas más grandes del planeta y en cada una de ellas coronar la cumbre más alta. Viajar y subir montañas son palabras mayores cuando estamos hablando de ascensiones de unos cuantos miles de metros. El viaje no es un paseo. Muchas de las cumbres entrañan una dificultad técnica elevada y la ascensión obliga a quien la emprende ser algo más que un aficionado. Pujante y el equipo que lo acompaña tienen ese algo más. Son expertos en escalada y se han medido con las cimas más complejas en todos los continentes. Antes de sus siete islas, Pujante lleva a cuestas –entre otras hazañas montañeras- una ascensión al Everest de la que dejó constancia en otro libro: Alcanzar la cumbre de cristal.

Equipo de escalada, información, preparación con tiempo, obtención de permisos, aproximación a la base, instalación de un campamento, evaluación de la meteorología, ataque a la cumbre… todo lo que rodea al alpinismo en serio figura en la aventura de Pujante y sus amigos. Y todo nos lo cuenta el autor, con soltura y en detalle, de una manera fresca y que capta el interés del lector incluso cuando no siente especial afición por las proezas deportivas camino de la estratosfera.

Confieso que este es mi caso. Pensé que el mundo de la escalada no me llamaba especialmente la atención y sin embargo la lectura me satisfacía. Pero la realidad es también que el centro de gravedad del libro no está tanto en las montañas como en el viaje que conduce hasta ellas. El título, Rumbo a las 7 Islas, lo indica así. Y estoy seguro de que el autor no vería con malos ojos si digo que la ascensión a las siete cumbres más altas, tanto como un objetivo, es una excusa para emprender un largo viaje alrededor del mundo y para disponer de un guión que lo aleje de los recorridos más trillados.

J. A. Pujante no es un viajero cualquiera. Basta repasar su historial para preguntarse qué hace escribiendo libros de viajes y andando por ahí en lugar de dedicarse a ocupaciones más serias. La solapa del libro asegura que es doctor y especialista en neurocirugía. Es experto en alta dirección hospitalaria, campo en el que no solamente tiene títulos sino que ha trabajado de verdad. Además de doctor en medicina lo es también en Relaciones Internacionales y parece que colecciona masters en alta dirección empresarial por ‘las más reputadas escuelas de negocios’. Es académico de la Real Academia de Medicina …

Pues bien, resulta que añadida a esta lista envidiable de títulos, habilidades y virtudes es también paracaidista, corredor de ultramaratones, explorador de desiertos y selvas y escalador, además del Everest, del K2, del Annapurna y de otros ochomiles que no mencionaremos aquí por no agobiar.

Esta condición polifacética es la que hace a J. A. Pujante singular y es la que se refleja en su libro dándole un interés especial. He dicho más arriba que el centro de gravedad del relato no está en las montañas. Y creo que conocida la personalidad del autor es fácil comprender el por qué. El interés que le suscita el viaje es mucho más amplio que el que reflejaría una sola veta de todas cuantas lo traspasan. Y el mismo Pujante nos lo cuenta: ‘Conocer, aprender e integrarse en las costumbres nativas es un objetivo más serio y más profundo que la mera búsqueda de un reto deportivo, Y para comprender es conveniente disponer de información previa a fin de disponer de determinadas referencias imprescindibles. El montañero debe observar con curiosidad e interesarse por todo (…); muy especialmente por la historia y la cultura de los territorios que visita, donde moran los habitantes de los valles en que se alzan los altivos picos que tanto anhela.’

Es así como el relato que contiene Rumbo a las 7 Islas se engrandece y en el horizonte que abarca desfilan los maoríes de Nueva Zelanda, los aborígenes australianos, los habitantes de regiones perdidas de Madagascar, los de Mauricio y Nueva Guinea o de Groenlandia, además de un sinnúmero de personajes que en la expedición encuentra el autor y de los que nos habla para enmarcar su crónica y para conseguir el propósito de dar alas al conocimiento.

Rumbo a las 7 Islas es un largo paseo por el mundo lleno de aventuras, de anécdotas y de información. Es una fructífera lectura y una ocasión para asomarse a lugares poco conocidos y para participar de un proyecto –el de subir a las cumbres más altas de las siete islas más grandes de la tierra- singular y emocionante.

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