domingo, 7 de junio de 2009

Hijos del fin del mundo. De Roncesvalles a Finisterre


Hijos del fin del mundo
Espido Freire
Imagine Ediciones, 2009
220 pp.

Espido Freire, novelista y con un premio Planeta, entre otros, a cuestas, emprende la senda de la literatura de viajes. Y lo hace eligiendo como tema el Camino de Santiago...

Espido Freire
Imagine Ediciones, 2009
220 pp.





Espido Freire, novelista y con un premio Planeta, entre otros, a cuestas, emprende la senda de la literatura de viajes. Y lo hace eligiendo como tema el Camino de Santiago.

Muchos son los libros referidos al Camino. Éste es uno muy especial porque se mueve a caballo entre ese viaje ‘exterior’ que va de Roncesvalles a Finisterre y otro más íntimo que conecta con la infancia y con lo que podría decirse el viaje universal de los sentimientos profundos.

El Camino hacia Santiago está en el origen de ambos relatos a medida que la realidad que la autora encuentra a su paso le suscita recuerdos y comentarios. Por supuesto, lo que nos cuenta Espido Freire coloca al libro en las antípodas de una guía. Pero el aspecto sensible, casi poético de algunas de sus partes, no le impide tocar de pies a tierra y hablar de eso que para entendernos llamamos la realidad.

El atractivo del Camino de Santiago es precisamente su hondura. Deriva de la riqueza acumulada a lo largo de casi mil años de espiritualidad, de historia y de historias. Mil años son muchos para no dejar un poso que atrae al caminante y lo seduce, envuelto en sus redes. Y es justamente ahí donde el relato de Espido Freire muestra su atractivo. Lo mismo que la historia del Camino, la narración que hace la autora se mueve en una ancha banda de registros. No es lineal. Hay en ella de todo, y al hablar de unas cosas y de otras consigue dar volumen a lo que cuenta y a pequeñas pizcas ofrece al lector un panorama personal de esa realidad con tantas facetas que es el Camino.

La historia está presente en el libro como no podía ser de otro modo. El Cantar de Roldán, Carlomagno, Leonor de Aquitania, la lepra que asolaba la Edad Media… se asoman al relato, como se asoman los caminantes con quienes se encuentra la autora. Unos son de fuera, de países lejanos. Otros del propio país, de España. Y con ellos se suscitan anécdotas y situaciones que hablan también de graves problemas de hoy -el sida o la droga- que ensombrecen el ánimo de quienes se dirigen a Santiago. Las ciudades que a lo largo de siglos han jalonado las etapas del Camino, aparecen con pinceladas caprichosas que dan color al relato. Pamplona, Burgos, Astorga tienen su pequeño espacio, como lo tienen personajes traídos de la mano de ese ejercicio de asociación creativa que hace Espido Freire y que le permite jugar con Hemingway o con Rosalía de Castro.

Hijos del fin del mundo acaba de ser galardonado con el premio Llanes de viajes. Es sobre todo un viaje personal emprendido, según cuenta la propia autora, con poco más que un hatillo y una cámara de fotos. En él da rienda suelta a su capacidad de creación literaria para construir una narración corta, rica en matices y ágil. Quien sienta interés en el Camino de Santiago hallará en Hijos del fin del mundo una mirada inédita, enriqucedora y estimulante.

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