jueves, 12 de julio de 2012

El budismo explicado a los occidentales

El budismo explicado a los occidentales

Ringu Tulku Rimpotché
Ediciones Invisibles 2012
282 pp.

¿Desde cuándo debe estar uno al corriente de las religiones de los demás? Para el viajero la respuesta es fácil: desde el momento en que le cuesta entender un país o una sociedad donde la religión está muy presente...



Ringu Tulku Rimpotché
Ediciones Invisibles 2012
282 pp.






¿Desde cuándo debe estar uno al corriente de las religiones de los demás? Para el viajero la respuesta es fácil: desde el momento en que le cuesta mucho entender un país o una sociedad donde la religión está muy presente y representa un muro para su comprensión.

Viajar al Tíbet, a Birmania, a Sri Lanka o a la misma India pone a la mayor parte de los viajeros frente a los límites de su capacidad de interpretar lo que ve cuando la religión anda por medio, que es muchas veces. Por ello no viene mal hacer una excursión con un poco de profundidad por los fundamentos de una de estas religiones, en este caso del budismo, que profesan millones de personas y que impregnan una cultura entera, por no decir una civilización.

Vaya por delante que El budismo explicado a los occidentales no es una explicación hecha desde la mentalidad de los occidentales. No es el libro que escribiría un profesor o un buen conocedor del budismo. Quien se expresa en él es un conocido budista. Es, por consiguiente, el libro de un budista que trata de explicarse ante quienes no lo son, de un budista consciente de la distancia conceptual entre oriente y occidente y que busca los matices y los ángulos desde los que mostrar las complicadísimas sutilezas del universo conceptual en el que se mueve.

Puede chocar la lectura del libro a quienes buscan una aproximación más racional que religiosa. Pero hay que reconocer que la voz de un creyente permite a quien la escucha conocer la perspectiva del devoto y así sumergirse en su mundo con una inmediatez que no sería posible si el discurso viniera de quien podríamos llamar un experto.

Como aviso, advierto que quien firma esta reseña es agnóstico y que, habiendo vivido la mayor parte del tiempo en el siglo XX, se siente más próximo al siglo XXI que al siglo XII. Y digo esto, porque sin entrar en los fundamentos de la religión o de la devoción, la primera impresión recibida de la lectura de libro es de desconcierto.

Desconcierto y distancia es lo que seguramente percibirán los lectores -como no puede ser de otra manera- ante una concepción del mundo que se halla en las antípodas de la nuestra. Para empezar, sorprende la autoridad que tiene el pasado y la poca presencia que tiene el presente en el discurso religioso de Ringu Tulku Rimpotché. Los grandes maestros, los argumentos que certifican las verdades, las referencias a las que se acude se buscan en textos del siglo XII que a la vez se refieren a personas o a ideas muchos siglos anteriores. Ninguna verdad parece que se sustente en el presente.

El fundamento de la verdad, es para los budistas muy antiguo. Y se sostiene hasta llegar a hoy porque la tarea del budista, su comportamiento, su misión en el mundo son tan complejos que para realizarlos hay que acudir a la experiencia acumulada desde tiempos antiquísimos. Una experiencia que acumularon los maestros más iluminados y que el tiempo, lejos de apagar, ha convertido en un tesoro.

Siglos y siglos dándole vueltas a las sutilezas de la vida, de la santidad, del bien y del mal, del engaño de los sentidos... producen un discurso sorprendente que se basa en distinciones y clasificaciones de todo. Las cualidades que ayudan a salir de la rueda de reencarnaciones para alcanzar una vida de iluminación son seis, los estados que condicionan la existencia humana y restringen las libertades son ocho, las riquezas personales son cinco y las riquezas exteriores otras cinco, las categorías de personas son tres y las cualidades del guía espiritual ocho. No hay casi nada que no esté numerado y tipificado según una lógica en la que cuesta entrar.
Pero junto a esta 'farragosa' herencia del pasado, convertida para el lector no experto en una pesada escolástica, emerge una filosofía de vida mucho más cálida y con la que el occidental conecta mejor.

Ringu Tulku Rimpotché nos cuenta la bondad radical que debe profesar el budista, su comprensión hacia los demás, la generosidad y el desprendimiento, el pacifismo que emana de forma natural en quien observa los mandatos de la religión. Pero lo atractivo y a la vez desconcertante de su discurso viene del objetivo de fundamentar estas muestras de 'bondad' en las enseñanzas de los maestros, en los grandes conceptos.

No es que la generosidad sea buena por ella misma. Es que la 'impermanencia' es decir, la vacuidad de todo lo que percibimos por los sentidos y de todo lo que construimos con la mente nos deben llevar a abandonar el deseo de posesión y nos deben llevar al deseo natural de desprendimiento.

No es que la actitud pacifista sea buena de natural. Es que la futilidad del mundo que nos parece real lleva por lógica a no desearlo. ¿Quién haría una guerra por ganar algo que acabará por perderse? Se pierde la vida, se pierde la salud, se pierden los imperios y la riqueza... La historia muestra esta verdad incontestable que el budista entiende porque está en la esencia del mundo que los maestros le han desvelado y que le lleva a no emprender ninguna lucha por un objetivo tan efímero y tan condenado en acabar perdiéndose.

El budismo explicado a los occidentales es una inmersión intensa y muy ilustrativa. Por supuesto, no abarca el budismo entero. Se centra en la corriente mahayana, la conocida como 'del gran vehículo', asentada en el Tíbet además de otros países, y que propone una vía de salvación universal y basada en el desprendimiento y el mérito, a diferencia de la corriente teravada, arraigada en Birmania, más inclinada a la salvación individual, y de la corriente tántrica donde el desprendimiento se observa con un rigor distinto.

Quien sienta interés por aproximarse al budismo y por hacerlo llevado de la mano de un monje budista, hallará en El budismo explicado a los occidentales una magnífica ocasión que le llevará más allá de las explicaciones superficiales para acercarlo al corazón de la doctrina y hacerle entrever -sólo entrever porque el asunto es extremadamente complejo- los múltiples recovecos de este universo bajo el que viven países enteros y millones de personas.

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martes, 3 de julio de 2012

Historia menor de Grecia. Una mirada humanista sobre la agitada historia de los griegos

Historia menor de Grecia

Pedro Olalla
Acantilado, 2012
373 pp.

Pedro Olalla logra proyectar sobre Grecia una luz tan enriquecedora como interesante. Merece la pena leer esta Historia menor de Grecia, que tiene poco de menor y que está llena de atractivos...



Pedro Olalla
Acantilado, 2012
373 pp.





No es fácil escribir un libro 'distinto' sobre un tema, además, del que se ha dicho todo o casi todo. Pero Pedro Olalla lo consigue con éxito, y logra proyectar sobre Grecia una luz tan enriquecedora como interesante para el lector. Adelanto ya que merece la pena leer esta Historia menor de Grecia, que tiene poco de menor y que está llena de atractivos.

Pedro Olalla escribe un libro extraordinario si por extraordinario, además de muy apreciable, entendemos fuera de lo habitual. Se propone nada más y nada menos que contarnos la historia de Grecia desde el principio, o casi. Y hasta hoy. Y lo hace evitando los grandes nombres. Se fija en personajes secundarios y en anécdotas que rodean a estos personajes. Y construye, a partir de personajes y anécdotas el contexto que muestra un destello, una situación, una parte del todo que ayudará al lector a construir, él también, su parte y con ella una Grecia tan real como la hecha a base de grandes nombres.

He dicho personajes secundarios y es una temeridad porque casi todos son más que notables. Lo que ocurre es que muchos de ellos van a ser desconocidos para quienes no estén versados en la historia de Grecia.

Microrrelatos sería el nombre que habría que dar a cada uno de los capítulos que componen el libro. La gran mayoría no supera las dos páginas. Se trata de pinceladas que van sumando como en el lienzo cuando se superponen unas a otras. La Grecia más antigua, allá por el siglo VIII antes de Cristo da inicio al relato que avanza hacia el esplendor de Atenas, a las conquistas de Alejandro, a la Grecia romana, a la bizantina, a la colonizada por los cruzados, a la acosada por el mundo musulmán, a la otomana... y así hasta llegar a hoy.

Creo que es pertinente una reflexión que da especial actualidad a esta historia de Grecia. Nos hemos acostumbrado a pensar, cuando nos referimos a Grecia, que hablamos de un pueblo pequeño, de una anécdota en la historia, relegada a la oscuridad de los museos. Justamente esta historia 'menor' vuelve a poner las cosas en su sitio. Nos recuerda que los grandes principios que fundamentan nuestra visión del mundo y de la sociedad se cultivaron en suelo griego, se desarrollaron y acabaron por extenderse hasta impregnar y dar a luz a una civilización entera.

El hombre, el concepto de su valor, de sus derechos y de sus obligaciones nace justamente ahí. Lo mismo que nacen otros conceptos que no surgieron solos sino como producto de un pueblo como son la justicia, el valor de la palabra, el deber ... y que nace una sensibilidad que permite identificar al héroe, y valorar la serenidad o la inocencia y también la belleza de los objetos materiales y del espíritu.

Historia menor de Grecia es un libro sutil que consigue expresar el espíritu de un pueblo, su carácter y también sus sufrimientos y el difícil devenir en un Mediterráneo sujeto a convulsiones y a un tortuoso transitar desde los inicios de la historia hasta hoy.

Hay que decir que la labor de Pedro Olalla es magnífica y enciclopédica. Su trabajo en este libro ha merecido el premio 'Artes y Letras' de la Academia de Atenas. Y merecerá a buen seguro la atención de cualquier lector que se acerque a él para recuperar un poco de esta Grecia que se nos ha perdido y que el presente ha desdibujado con su aparatosa actualidad.

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