miércoles, 29 de mayo de 2013

El Perú por dentro. Una guía cultural para el viajero

El Perú por dentro

María del Carmen Valadés
Olañeta/Indica Books, 2013
483 pp.

El Perú por dentro será para el lector la mano experta que le ayude a descifrar mucho de lo que está a la vista cuando viaja a Perú y también lo que escapa a su mirada cuando desconoce muchas de las claves que necesita para aprender a mirar....



María del Carmen Valadés
Olañeta/Indica Books, 2013
483 pp.





Perú es un país inmenso e inmensamente variado. Lo es en superficie, lo es en diversidad geográfica, lo es en clima y en naturaleza. Lo es en historia y también en cultura. Cubre un espacio que va desde la costa del Pacífico, desértica en buena parte, hasta las llanuras amazónicas cubiertas de selva y separadas del mar por la enorme cordillera de los Andes. Una  cordillera que se ensancha y crea una región natural muy extensa, situada a tres y cuatro mil metros de altura. Y hereda, estamos hablando del Perú, elementos culturales e históricos cuyas raíces hay que buscar muchos siglos antes de Jesucristo.

El Perú -con ese ‘el’ que utilizan siempre los peruanos- es a la vez extenso e intenso. Y compone un país de una enorme riqueza y complejidad. No es de extrañar pues que haya entrado en esta colección de Olañeta/Indica books que arrancó con dos pesos pesados –India e Irán- y que da paso ahora a este tercer título.

El Perú por dentro tiene, como sus hermanos de colección, una cierta vocación enciclopédica. Pero pretende, como los anteriores, evitar el tono académico y desbordar al lector con una avalancha de detalles que lo abrumen. Se presenta, tal como dice el subtítulo, como una guía cultural para el viajero. Y esto es ya una declaración de amistad ante el lector y una promesa de ofrecerle un texto a la vez profundo y asequible.

Muchos son los temas de los que trata El Perú por dentro. Y mucho también el deseo de penetrar en la cultura andina, ese universo de creencias y de conocimientos elaborados en el crisol donde se fundieron tradiciones y convicciones que vinieron de la costa a través de culturas muy antiguas, y también del altiplano, desde tierras que hoy pertenecen a Bolivia, y desde la amazonia, de pueblos de otras costumbres y otros climas. Unas tracidiones, culturas y saberes que refundieron los incas y sobrevivieron, mezclados con el cristianismo, para llegar hasta hoy habiendo anidado en una población de habla mayoritariamente española, pero también quechua y aymara.

No es tarea fácil desentrañar una aleación tan compleja ni desprenderse de los puntos de vista propios para entender y dar noticia de un universo cultural nacido de horizontes tan diferentes a los que conocemos. Ni tampoco es fácil rastrear las raíces de una cultura o de un abanico de culturas con muchos elementos comunes que han llegado ‘maleadas’ por los cambios sufridos a lo largo del tiempo, por la incomprensión de quienes hicieron las crónicas, por el deseo de mostrar la realidad de acuerdo con el interés de quien la contaba o por la opacidad de un relato expresado por quien no tenía las claves para hacerse entender por quien lo escuchaba.

María del Carmen Valadés es una conocedora exhaustiva del mundo andino y de las culturas y las circunstancias que han rodeado el pasado y rodean el presente de Perú. Es seguramente la persona más indicada para abordar con éxito el empeño de sumergir al lector en este mundo complejo que es el Perú y ayudarle a comprenderlo. La autora hace un repaso de la geografía que marca la existencia de las grandes regiones peruanas. Habla de la historia y de las distintas culturas que se desarrollaron hasta la aparición del imperio inca. Y cuenta su organización social, su concepción del poder, sus recursos, sus capacidades productivas y artísticas. Y explica la dualidad de la concepción básica del mundo en la sociedad inca. Una dualidad que echó seguramente leña al conflicto interno que pudo aprovechar Pizarro de modo que una fuerza exigua de españoles hiciera colapsar a un poderoso imperio.

Los dioses, el culto al sol, los componentes ‘mágicos’ que segmentan el mundo real y el del más allá, los mitos y los ritos en forma de fiestas que perduran aún y se celebran, las complejas leyendas nacidas de la cosmología inca que parte, a su vez, de creencias anteriores, el Perú virreinal de sello español pero que recoge huellas indígenas y las asimila, al tiempo que influye sobre el mundo indígena y se amalgama con él… todos ellos son temas que se desarrollan para irse abriendo paso en la comprensión de este Perú de múltiples dimensiones esquivo y siempre con rincones en sombra.

Unos capítulos finales dedicados al presente –a la política, a la economía, al Perú más monumental- y a ofrecer información práctica para el viajero cierran este proyecto ‘global’ pensado para poner en manos del lector un panorama amplio y al mismo tiempo asequible del país andino. El Perú por dentro es el resultado del profundo conocimiento que María del Carmen Valadés ha acumulado sobre el país y será para el lector la mejor oportunidad de emprender su viaje a un mundo distinto, aunque propio al mismo tiempo. Un mundo que precisa de una mano experta que descifre y dé sentido a mucho de lo que está a la vista y también que descubra lo que escapa a la mirada de un viajero que desconoce muchas claves y que necesita de ayuda para aprender a mirar.

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viernes, 17 de mayo de 2013

Después del terremoto

Después del terremoto

Haruki Murakami
Tusquets, 2013
190 pp.

Un brillante ejercicio de escritura y de imaginación sostiene la colección de relatos que componen este nuevo ‘Después del terremoto’ que publicó Murakami en el año 2000...


Haruki Murakami
Tusquets, 2013
190 pp.





Un brillante ejercicio de escritura y de imaginación sostiene la colección de relatos que componen este nuevo ‘Después del terremoto’ que publicó Murakami en el año 2000 y que aparece ahora en español. Un libro cuyo título le traerá al lector a la memoria el tsunami que asoló Japón hace bien poco tiempo pero que fue escrito en 1995 en recuerdo del terremoto que destruyó la ciudad de Kobe y que traumatizó al país entero.

Seis cuentos, todos distintos, todos sorprendentes a su manera, son las piezas con las que Murakami juega magistralmente estirando los hilos de la ficción para construir escenas inverosímiles y humanas al mismo tiempo. Y con las que dibuja un panorama de luces y reflejos muy diversos que muestran el Japón de hoy. Mezclando realidades más o menos imposibles Murakami presenta pequeñas escenas de vida cotidiana: relaciones de pareja, encuentros y desencuentros, momentos de intimidad, sentimientos, desvaríos… Pero siendo todos ellos asuntos universales, Japón resulta el protagonista no declarado del conjunto de historias que componen el libro, lo mismo que la sombra del terremoto de Kobe que asoma en cada una de ellas, es una seña de identidad del país, un rasgo de carácter, oscuro e inquietante que arraiga en su esencia misma.

Japón late en cada escena de esta colección de relatos modernos. Y, sin embargo, nada se refiere a la imagen tradicional que el lector tiene del país y que le sirve para reconocerlo. Los personajes miran mucho más al futuro que al pasado. Las canciones de las que en algún momento se habla o los guiños a la literatura se refieren más a occidente que al propio país. El escenario en el que se mueven los personajes se sitúa más cerca del paisaje urbano y moderno que del tradicional que conocemos a través de libros de otros autores, por no hablar del erotismo que discurre más o menos explícito, pero con insistencia, a lo largo de los diversos relatos.

Qué distinta la imagen del Japón que sobrevivió hasta los años sesenta, de un país extremadamente formal, cautivo de sus tradiciones, condicionado por la rectitud de las apariencias y contenido en la expresión de los afectos, de esta otra que Murakami nos ofrece, con personajes jóvenes, ajenos al mundo de sus padres y con vidas cuyo guión aparece abierto a un desenlace libre de los lastres del pasado y lleno de promesas y sorpresas.

Parecería por ello que no es Japón de lo que habla Murakami y sin embargo, como he dicho al principio, el lector sitúa de inmediato el relato en este país y ve a los personajes con rasgos inconfundiblemente japoneses. Un vendedor exitoso, abandonado por su mujer, termina en una habitación de hotel con una desconocida. Una joven moderna, fugada de su casa, halla refugio en las fantasías de un viejo acerca de la vida y de la muerte. Una científica, madura, encuentra en una vieja adivina respuesta al desasosiego que la agobia. Una rana enorme confía en el empleado de un banco un arriesgado plan para salvar a Japón de otro terremoto…

Seis relatos en total, cortos, de apariencia sencilla, sin grandes fuegos de artificio, pero imaginativos, llenos de pequeñas sorpresas y brillantemente resueltos nos acercan a Japón. Relatos ligeros y al mismo tiempo profundos, por los que discurren sentimientos de soledad, de desamparo, de melancolía pero también luces que llaman a la vida y que encienden sentimientos de esperanza y de ilusión. Seis relatos que esperan al lector para sumergirlo en el Japón de hoy y que lo llevan al encuentro del mejor Murakami.

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domingo, 5 de mayo de 2013

El retorno

El retorno

Tahar Ben Jelloun
Alianza, 2013
188 pp.

¿Qué es ser musulmán?¿Qué es ser marroquí? Desde las primeras páginas de El retorno nos lo cuentan. Nos lo cuentan, de la manera más sencilla, tirando de recuerdos y sentimientos,...


Tahar Ben Jelloun
Alianza, 2013
188 pp.





¿Qué es ser musulmán?¿Qué es ser marroquí? Desde las primeras páginas de El retorno nos lo cuentan. Nos lo cuentan tirando, de la manera más sencilla, de recuerdos y sentimientos, de pensamientos sobre la vida y la convivencia, de reflexiones íntimas. Recurriendo a lo más humano en el hombre: a la conciencia.

Así, sin complicaciones ni retorcimientos arranca El retorno, un libro que es casi un monólogo. Una narración centrada en un único personaje, un emigrante marroquí en Francia al borde de la jubilación, un hombre sencillo y bueno a punto de entrar en un mundo desconocido y que lo desconcierta, el de dejar de trabajar, el de no tener las obligaciones que justifiquen su existencia.

Mohamed, nuestro personaje, no vive en realidad en Francia. Aunque su casa y su trabajo estén allí, sigue enraizado en Marruecos. Forma parte de esa generación, tampoco tan lejana, que ha vivido miserablemente de la agricultura, en una aldea donde ni siquiera hay electricidad, donde las tradiciones no se han modificado en siglos y donde la emigración es la aspiración máxima de cualquier familia. Mohamed, trasplantado ahora a un modesto piso de la periferia de una gran ciudad francesa, trabajador de los de a pie en una gran fábrica, no tiene más referentes que los de su aldea y los de un sentido común que resulta universal pero que es insuficiente para sacar provecho de su nueva realidad. Es buen musulmán, conserva el Corán con afecto, es tolerante, se preocupa por sus hijos y valora a su mujer, obediente y comprensiva. Ha trasladado a su casa el entorno de su aldea en Marruecos y ha hecho de Marruecos, de su vieja aldea, de sus costumbres, de la tierra árida que la rodea, la fantasía del paraíso cuando llegue la jubilación.

Voluntarioso, humilde, comprensivo, temeroso de dios, Mohamed –y todos los mohameds de su generación- ha pasado por Francia como si no fuera Francia. Ha cumplido como el que más con sus obligaciones, no ha tenido jamás un conflicto, nunca faltó al trabajo pero no ha vivido en el país que lo ha acogido durante tantos años.

Aunque quienes sí han vivido en Europa y quieren ser franceses y borrar la huella marroquí son los hijos. Unos hijos amados con los que es difícil mantener la relación porque se han asomado al mundo y quieren echar a correr por él, porque cada uno por su lado ha encontrado un hueco en la vida que nada tiene que ver con el mundo cerrado y armonioso, pegado a la tierra original del padre. Unos hijos que el bueno de Mohamed se resiste a abandonar y en los que tiene puesta su idea de felicidad reuniéndolos a todos otra vez en una gran casa de la pequeña aldea que piensa construir con sus ahorros para volver a gozar del cálido sentimiento de la vida en familia.

Tahar Ben Jelloun es un escritor reconocido. Obtuvo un premio Goncourt. Con El retorno nos lleva a un Marruecos sobre todo humano. Un Marruecos tradicional, intimo y melancólico que se perdió, un Marrueccos herido por la presencia de otros mundos que siembran la inquietud y que han puesto fin a la imagen idílica de un pasado que solo puede volver envuelto en la fantasía de un anciano que busca en los orígenes el lugar donde terminar su vida.

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