miércoles, 23 de abril de 2014

Viajar con niños. El manual para preparar tus vacaciones en familia

Viajar con niños

VV.AA.
La editorial viajera, 2014
216 pp.

Rotundamente sí, Es posible viajar con niños, incluso pequeños, sin necesidad de que los padres sean unos héroes. Y además es posible pasarlo muy bien....


VV.AA.
La editorial viajera, 2014
216 pp.





Rotundamente sí, Es posible viajar con niños, incluso pequeños, sin necesidad de que los padres sean unos héroes. Y además es posible pasarlo muy bien.

Pero no es lo mismo que viajar sin niños. Y tener esto claro es la primera de las claves del rompecabezas que conducirá al éxito del viaje. Por esto, porque pasarlo bien es posible y porque es mejor conocer las claves que lanzarse a la piscina a ver qué pasa, es por lo que la nueva La Editorial Viajera ha publicado este Viajar con niños.

Se trata de un libro práctico, de un manual sencillo pero que nadie había caído en la cuenta de que hacía falta escribir y llevarlo a las librerías. De ahí el mérito y la acertada idea de los editores que han puesto en manos de los padres algo así como un camino para su liberación, para salir de casa y lanzarse a recorrer mundo.

Como ocurre con la solución de tantas cosas complejas, el truco es casi siempre de sentido común. Nada de lo que cuenta el libro resulta sorprendente. Y siendo así, la pregunta es ¿cuál es su secreto?

El secreto, el principal activo del libro, es la experiencia. Como en muchas aventuras otros las emprendieron antes y se enfrentaron en ellas a multitud de problemas previstos, unas veces, e imprevistos, otras. Algunos problemas para los que era posible prepararse antes de salir de viaje y otros que simplemente había que resolver por el camino. Y siempre mucho menos dramáticos de lo que la imaginación augura cuando aún se está en casa.

Cómo preparar el viaje, qué llevar en la maleta, cómo debe ser el equipaje, qué juegos ayudarán a pasar las horas muertas, cómo abordar el asunto de las comidas, qué precauciones tomar para proteger la salud son cuestiones prácticas con soluciones al alcance de la mano y que los padres agradecerán verlas bien ordenadas para tenerlas presentes. Como también agradecerán los comentarios acerca de la programación del viaje, es decir, de la ocupación del tiempo y de su buena administración para que los pequeños se sientan satisfechos y no vivan la actividad de viajar como un sacrificio.

Balancear la estancia en ciudades con el disfrute de la naturaleza, hacer de la ciudad algo divertido para ellos y para todos, evitar el aburrimiento y el cansancio también es el resultado, como en la cocina, de disponer de distintos ingredientes y de mezclarlos de una manera apropiada.

Viajar es cambiar de escenario y es una magnífica escuela para la familia. Representa romper las rutinas, abrir a los niños las puertas de un mundo distinto y a los mayores estrenar una experiencia en familia tan novedosa como enriquecedora. Sólo es cuestión de saber navegar en ese mar abierto que es salir lejos de casa. Y como la improvisación no suele dar el mejor de los resultados cuando hay que cuidar a niños que necesitan y desean cosas distintas de los adultos, nada como dedicar un poco de tiempo a prepararse y a escuchar la opinión y el consejo de quienes no sólo se atrevieron una vez sino que repitieron y se animan ahora a convencer al resto de los padres de que merece la pena seguir sus pasos.

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lunes, 7 de abril de 2014

Y las montañas hablaron

Y las montañas hablaron

Khaled Hosseini
Salamandra, 2013
384 pp.

De sentimientos, en esa tierra tan áspera como es Afganistán, es de lo que trata realmente "Y las montañas hablaron" ...




Khaled Hosseini
Salamandra, 2013
384 pp.





De la experiencia resulta que, sean del lugar que sean, los hombres son iguales. O aproximadamente iguales. Al menos, en lo que se refiere a los sentimientos. ¿Todos sienten lo mismo?¿No hay diferencias que dependen del lugar donde se ha nacido? Pues si y no. Hay diferencias de matiz, de conjugación. La cultura juega su papel, el modo como se han articulado las sociedades también y las circunstancias del entorno, eso que llamamos el presente, influye igualmente de manera importante. Pero el amor, la soledad, la inquietud que nace de la incertidumbre, la solidaridad, la alegría, la generosidad, la compasión… están en las raíces del ser humano y afloran en cualquier lugar y en cualquier momento.

De sentimientos es de lo que trata en realidad el último libro de Khaled Hosseini, que ya conquistó al público con Cometas en el cielo y con Mil soles espléndidos. De sentimientos, en este caso, en un lugar tan problemático como Afganistán. Un lugar que el lector conoce por las noticias de la prensa y del que solamente le llegan imágenes sobre la sucesión de atentados y sobre los hechos violentos que componen el repertorio de actualidad de los noticiarios.

Pero resulta -igual que comentaba no hace mucho haciendo referencia a otro libro sobre Somalia- que por todas partes la vida sigue, las personas necesitan reconstruir un espacio donde dar curso a esa realidad ineludible que es la del día a día y que, sea en Afganistán o en Somalia, detrás del terror o en medio de él hay siempre personas que sienten y tratan de establecer lo que llamaríamos una vida cotidiana.

El libro de Kaled Hosseini comienza con un cuento y es él mismo una especie de cuento, la historia de unas vidas que arrancan años atrás, cuando el país vivía encerrado en sí mismo y las familias, más humildes todavía en el campo que en la ciudad, tenían que sobrevivir a base de grandes sacrificios en medio de una naturaleza arisca, extremadamente dura. La caída del rey, el dominio de los señores de la guerra, llegada de los talibanes van marcando una senda de declive que golpea a los personajes y va dibujando un paisaje cada vez más melancólico donde las condiciones de vida se deterioran hasta acabar sumidas en una catástrofe.

Alguno de los personajes no resiste la crueldad de la situación, otros la afrontan huyendo a países lejanos donde rehacer sus vidas, otros aguantan y otros, extranjeros acuden en ayuda del país sacrificándose por él. Cada uno se apoya en sus convicciones y trata de ganar días a la vida en busca de un horizonte un poco mejor. Los que se han quedado, resignados al monumental descalabro que se les ha venido encima y adaptándose como pueden y con un hilo de esperanza en el futuro. Lo que se exiliaron, tratando de compaginar el confort de sus nuevas vidas en el extranjero con el desgarro que sienten al contemplar su país y una situación que remueve todavía lo más profundo de su alma.

Es verdad que los sentimientos acaban siendo los mismos en cualquier parte donde pueda haber personas. Pero la mirada que nos ofrece Khaled Hosseini sobre Afganistán nos habla de una modulación particular que constituye en si misma los rasgos de carácter de un pueblo. Un pueblo que arrastra el pesado lastre de una historia difícil y violenta, al mismo tiempo que ofrece a través de las personas grandes lecciones de humanidad. Esto es Afganistán, al margen de los episodios que aparecen en los periódicos y esa es la imagen que Khaled Hosseini transmite para hacer conocer al lector que existe también un país amable donde florecen los sentimientos.

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