viernes, 24 de abril de 2015

Noticias de Berlín. Crónicas de Alemania antes y después de la caída del Muro

Noticias de Berlín

Cees Nooteboom
Siruela, 2014
392 pp.

Cees Nooteboom le pide al lector que se deje llevar, a través de disgresiones variadas, por los rincones más diversos del paisaje alemán y a cambio le ofrecerá la sensación de haberse aproximado un poco mejor al alma de Alemania, si es que eso del alma de los países existe de verdad.


Cees Nooteboom
Siruela, 2014
392 pp.





Cees Nooteboom les ha dedicado a Alemania y a Berlín un buen número de años de su vida. Los suficientes para conocer bien el país y para haberse familiarizado con esa ciudad mítica que es su capital. Como periodista, como conferenciante, como escritor Ces Nooteboom pasó, durante años, largos períodos en Alemania y asistió a situaciones entonces tan dramáticas como el sofocante encierro en el interior del muro que cercaba la capital y la aislaba del resto del mundo. Y vivió también experiencias tan extraordinarias como la inesperada caída de este mismo muro que abría las puertas a un tiempo totalmente nuevo.

Estamos en el corazón de Europa y hablamos de acontecimientos que forman parte de la historia reciente y que siguen vivos todavía. Las noticias de Berlín que anuncia el título que nos trae Nooteboom van a refrescarnos la memoria y a poner en contexto hechos que, vividos en el momento, eran difíciles de abarcar con la suficiente perspectiva. Y van a poner en contexto también la cascada de artículos, documentales y demás referencias que, con motivo del cincuenta aniversario de la caída del Muro, han ocupado un espacio preferente en los medios de comunicación.

El relato que hace Cees Nooteboom es casi un diario. Es el recuento de lo que pasa en Berlín contado mes a mes, con la perspectiva del momento y con la extraña sensación de absurdo de estar en un país sobre el que pesa un pasado reciente y traumático como es el nazismo y un presente tenso y abrumador como es la partición que no solo es geográfica y política sino y sobre todo humana. Humana porque separa a familias, pero también porque cercena al individuo parte de sus raíces y lo introduce en una atmósfera de desasosiego abrumador.

La Alemania de hoy, poderosa y próspera, mantiene en su recuerdo el desconcierto de un país desencajado. "¿Cómo se vive en Berlín?" se interroga el autor cuando reflexiona sobre este país que para el resto del mundo es el milagro alemán y responde: "Es una buena pregunta, pero a menudo no se qué contestar.  'Se está'  me gustaría responder."

Como en el relato de cualquier expedicionario, la opinión que transmite al lector Cees Nooteboom  no es la de la población que estudia y que lo acoge. Es la visión de un extranjero que está sobre el terreno pero mira desde la distancia. Es la visión condicionada también por los horrores del nazismo -no en vano los sufrió Holanda, su país- pero sobre todo afectada por un poso cultural que afila su sensibilidad y lo mantiene alerta a los acontecimientos y a las sensaciones.
Sensación de encierro, sensación de incertidumbre, sensación de pérdida cuando se mira al pasado, sensaciones de desconfianza y de desconcierto...

Cees Nooteboom bucea en la historia de Alemania y de Europa y rescata, para entenderla a personajes que hemos olvidado ya o que conocíamos mal. Habla de Rosa Luxemburgo, de los protagonistas de la revolución socialista que acabó en la Alemania de Weimar, a Adorno, a Max Ernst y también a San Agustin, a Plotino, a Bergson, a Averroes, a Goethe y a Madame de Stael.

Las noticias que trae Cees Nooteboom de esa época de plomo están llenas de matices y todos los nombres que aparecen en ellas no son más que ángulos que permiten definir el perfil de una ciudad compleja. Compleja y brutal al mismo tiempo, tal y como muestra el ubicuo Muro y la parafernalia trivial que acompaña la vida oficial de la Alemania del Este. Desde el paso de la frontera con colas de transeúntes frente a funcionarios desabridos hasta los actos protocolarios de las autoridades más encumbradas, todo se desenvuelve en el límite entre la realidad y la ficción porque todo es artificial y forzado.

¿Qué es Alemania? Es casi un azar si se escucha lo que Nooteboom ha visto desde su atalaya en Berlín. Nada hace pensar en la reunificación y no son pocos los que desean evitarla. Los alemanes del este ya no son hermanos para muchos de los del oeste, cargan con el estigma de los pobres y con la imagen amenazadora del emigrante al que habrá que mantener. Cargan para muchos con el contagio de lo eslavo o de lo sajón que no interesa ya a una sociedad que ha virado hacia occidente. Y pueden resucitar  las aspiraciones de una Gran Alemania que para los que ahora viven en el lado occidental fue el peor de los herrores: una hecatombe.

Brutalidad y sorpresa inimaginable transmite Cees Nooteboom cuando en cuestión de días se abren las puertas del Muro y los hombres armados de uno y otro lado asisten incrédulos al fin de una época y a la marea de berlineses exultantes cruzando de un lado a otro.

Noticias de Berlín es un libro de gestación larga. Desde principios de 1989 el autor ha ido acumulando en él impresiones y opiniones hasta llegar a 2012, cuando un Berlín dinámico, joven y en constante cambio no se reconoce ya en aquel otro, apesadumbrado y tenso, que ocupaba el horizonte entero del libro en sus páginas iniciales. Noticias sobre Berlín requiere una lectura pausada y atenta, pide al lector que se deje llevar, a través de disgresiones variadas, por los rincones más diversos del paisaje alemán y a cambio, dejará, a este mismo lector, la sensación de haberse aproximado un poco mejor al alma de Alemania, si es que eso del alma de los países existe de verdad.

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viernes, 17 de abril de 2015

Underground

Underground

Haruki Murakami
Tusquets, 2014
560 pp

¿El atentado del metro de Tokio fue un caso tan imprevisible como irrepetible o la sociedad japonesa conserva en su interior el germen que podría dar lugar a otro caso semejante? Esta es la pregunta que nos deja Murakami tras su radiografía de Japón en Underground.



Haruki Murakami
Tusquets, 2014
560 pp





Las circunstancias extremas difícilmente reflejan la realidad de un país. Pero hay que reconocer que ponen de relieve muchos rasgos que en situaciones normales pasarían desapercibidos y que constituyen componentes importantes de su carácter y de su identidad.

Esta advertencia tiene sentido cuando hablamos de Underground, el libro que Murakami dedicó al tremendo atentado que se produjo en el metro de Tokio con gas sarín y que representó un trauma para el país entero, además de para aquellas personas que se vieron afectadas directamente por el suceso.

En 1985, por la mañana, en un día soleado, un pequeño grupo de personas adeptas a la secta Aum, en una operación coordinada, liberaron en varias unidades del metro un gas extremadamente venenoso que afectó a quienes en estos momentos se dirigían a sus trabajos y a los empleados que sin saber lo que estaba ocurriendo se pusieron en contacto con el gas.

Muertos y heridos en mayor o menor grado fueron atendidos en medio de una importante confusión ante un hecho tan inesperado como insólito frente al cual no había experiencia anterior.

Murakami, que también había dedicado su atención al terremoto de Kobe, cambia esta vez su mirada y abandona la ficción para centrarse en la más estricta realidad. Quiere entender qué ha pasado, cómo pudo ocurrir y qué secuelas ha dejado en quienes vivieron el atentado de cerca. Casí podría decirse que se convierte en notario en su afán de ajustarse a la realidad y de no contaminarla con opiniones propias y con juicios ajenos. Murakami escucha y toma nota. Poco más.

Con la apariencia de ser un trabajo simple, el bucear en la tragedia resulta complejo y delicado al mismo tiempo. No es fácil que todo el mundo quiera hablar ni que todos deseen o estén en condiciones de contar la verdad. Algunas personas están gravemente traumatizadas y simplemente quieren enterrar cualquier recuerdo que las haga regresar a aquel día negro. Otras, sienten miedo de ser objeto de un nuevo ataque y declinan colaborar en la investigación. Otras, por fin, son poco fiables y Murakami quiere hacer una selección de personas que le permitan trabajar con rigor.

¿Y cuál es el resultado? El resultado es un extenso abanico de entrevistas a gente normal enfrentada a una situación absolutamente excepcional que se ha colado de repente en sus vidas y que las ha desplazado de su cotidianidad de forma violenta y las ha herido profundamente.

Que se trate de gente normal es lo más llamativo y lo más revelador. En la conversación con Murakami hablan de sus vidas y de sus reacciones inmediatas ante lo imprevisto. Y hablan también de quienes en la calle, sin comprender nada de la catástrofe, pasan de largo sin prestar atención a los heridos por la inhalación del gas. Hablan de su compromiso con el trabajo, del sentido de responsabilidad, de la fidelidad hacia sus compañeros, del modo como han digerido su papel de víctimas y la existencia de culpables plenamente identificados.

Pero no sólo hablan las víctimas. Habla también un experto en el tratamiento de los efectos sobre la mente de los traumas severos que anidan en quienes han sufrido experiencias negativas de intensidad excepcional que ni su cerebro y su cultura están preparados para digerir.

Y sobre todo hablan algunos exadeptos de la secta Aum cuyos dirigentes promovieron el atentado. De nuevo, se trata de gente normal, con inclinaciones religiosas o místicas, pero siempre personas aparentemente integradas en la sociedad, con trabajos, carreras universitarias y familias perfectamente estructuradas. Para muchas de ellas, el Japón de la burbuja económica, del enriquecimiento rápido, de la locura del consumo y de la hiperactividad fue el elemento desestabilizador que les hizo buscar en el mundo del espíritu un espacio de recuperación de los valores morales y de la paz que la cultura tradicional había transmitido hasta las generaciones recientes. Para otras, el mantra de la obediencia -de esa obediencia que había supuesto para padres y abuelos un empleo o una posición social para toda la vida- resultaba una liberación. Para otras, en fin, la responsabilidad en el ejercicio de un cargo dentro de la secta resultaba una obligación que era difícil traicionar.

Un Japón al borde del abismo es el objetivo que se propone reseñar Murakami y del que trata de extraer lecciones en el capítulo final del libro, cuando sus interlocutores han apagado sus voces. ¿El atentado del metro de Tokio fue un caso tan imprevisible como irrepetible o la sociedad japonesa conserva en su interior el germen que podría dar lugar a otro caso semejante, probablemente esta vez sin gas sarín? La respuesta no es contundente, se mueve en términos de una reflexión y unas hipótesis, pero el lector habrá aprendido entre tanto a leer entre líneas muchos aspectos que desconocía del alma de los japoneses y de una sociedad que se debate entre los extremos de la tradición del pasado y de la más rabiosa modernidad.

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jueves, 9 de abril de 2015

Los siete hermanos

Los siete hermanos

Aleksis Kivi
Nórdica libros, 2014
391 pp.

La novela de Aleksis Kivi es un clásico en la literatura finlandesa. Es un relato costumbrista, socarrón y con propósito pedagógico que se lee como una curiosidad y como un juego divertido de justificaciones, de alianzas y amigables desencuentros entre los personajes.



Aleksis Kivi
Nórdica libros, 2014
391 pp.





La novela de Aleksis Kivi es un clásico en la literatura finlandesa. Una novela que se desarrolla en alguna medida como una obra de teatro. Los diálogos entre personajes son una parte esencial del texto y llevan al lector a sentirse espectador y a los personajes a convertirse en actores de una comedia, de tono contenido, que gira en torno a siete hermanos unidos por lazos intensos y, como es de esperar, con líneas de fuga divergentes sobre las que se articula la trama.

Aunque escrita en el siglo XIX, la actualidad de la novela y el interés que se le reconoce todavía hoy, proceden de que permite aproximarse a lo que se puede llamar el alma de Finlandia, un poso de relaciones, convicciones y comportamientos que desvela las raíces del país cuando, se supone, era todavía virgen, su universo no alcanzaba más allá del mundo rural y la población vivía del campo, de lo cual no hace tampoco tanto tiempo.

Los siete hermanos es un relato costumbrista, socarrón y con propósito pedagógico. Compartiendo algunos rasgos de la novela picaresca, es un discurso moral, en forma de caricatura, que genera la sonrisa del lector por ingenuo y simple al mismo tiempo. Siete hermanos, cada uno con su carácter y sus aspiraciones, amantísimos como corresponde a buenos cristianos, perezosos como es propio de su condición juvenil y enfrentados a un futuro incierto y a las responsabilidades propias de dar los primeros pasos para hacerse hombres, sostienen la novela. Y se encuentran ese momento crítico del fin de la adolescencia que sirve de punto de partida para que el coro de voces poco afinado de los hermanos se exprese y debata sobre temas importantes de la vida.

Por supuesto, temas que pillan hoy muy lejos de las preocupaciones del lector aquí y en Finlandia, y que se ven como una curiosidad y como un juego divertido de justificaciones, de alianzas y amigables desencuentros entre los hermanos.

No es evidente la importancia que tiene esta novela todavía hoy en el país nórdico, ni la insistencia de quienes la comentan sobre el hecho de que recoge de manera singular las esencias del alma del país.  Finlandia es un país de existencia muy reciente. Sueca desde el final de la edad media y rusa desde principios de XIX, necesitaba construir señas de identidad que le dieran cohesión nacional para afrontar su independencia y para mantenerlas en el recuerdo hasta hoy. Los siete hermanos forma parte de este patrimonio histórico, de esa aportación de la cultura a la nación, y es todavía el reflejo de la Finlandia de cuando no era más que un Ducado de Rusia y se preparaba para convertirse en el país independiente, con identidad propia, que conocemos hoy.

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