viernes, 29 de enero de 2016

Sicilia mía

Sicilia mía

Cesare Brandi
Elba, 2015
182 pp.

Quienes busquen desvelar el alma de Sicilia y quieran dejarse llevar de la mano de un maestro de la sutileza y la sensibilidad habrán encontrado en la lectura de Sicilia mía el libro que andan buscando.


Cesare Brandi
Elba, 2015
182 pp.





Mejor no resistirse resistirse y dejarse llevar por la prosa de Brandi: entrar en Sicilia en avalancha. Una avalancha poética llena de gozo y de sorpresa por la enorme belleza que atesora la isla y por su condición de tierra casi sobrenatural.

Brandi construye una elegía cuando habla de Sicilia y expresa su propio embelesamiento, esa irrupción de sensibilidad que abruma al historiador de arte que es él cuando llega a un lugar fabuloso donde todo es extraordinario. Sicilia, tal como él la ve, es pura fantasía, es el crisol que derrocha aromas que alcanzan a lo más profundo del alma y que reúne desde las obras más bellas a los matices más etéreos y sutiles. Sicilia convierte todo cuanto la rodea en un mito, le da a cualquier aspecto de la realidad un carácter extraordinario, lo envuelve todo de una atmósfera que altera la mirada de quien se acerca a ella. De ahí este relato efervescente que Brandi desgrana haciendo volar la imaginación y llevando al lector por las amplias avenidas de una cultura hecha de viejas culturas y de mezcla de estilos en los que se detiene lleno de admiración.

Los romanos, los árabes, los bizantinos y los normandos, el renacimiento, el barroco ... son las referencias que inevitablemente surgen cada vez que Brandi fija la mirada en cualquier rincón y las que alimentan su relato y su disgusto por el despropósito de la Sicilia moderna cuya fealdad -gracias a dios- no consigue ocultar la belleza inigualable dejada por tantos años de cultura y de culturas que se han ido sumando a lo largo de la historia.

Sicilia mía es un libro para enamorados. Para quienes se encuentran ya bajo el embrujo de esta isla de condición inabarcable y desean sumarse al viaje literario que propone Brandi, volando de un lugar a otro de la historia y proyectando sobre cada rincón la luz que lo hace brillar y lo convierte en una maravilla.

Sicilia mía no es una guía, aunque a lo largo de sus páginas el texto recorre la isla entera y aunque dedica a cada lugar su atención. Se trata más bien de un relato hecho de sentimientos y de sensaciones, de descripciones precisas de las que se derivan agudos matices y de la expresión de profundas emociones que nacen de la arquitectura genial que se encuentra en plazas, palacios y catedrales o a la vista de un paisaje, o de un mosaico, o de una escultura.

Quienes en lugar de ir en busca de un libro práctico y de informaciones precisas tengan su atención puesta en desvelar el alma de Sicilia y quieran dejarse llevar de la mano de un maestro de la sutileza y la sensibilidad, lleno además de conocimientos sobre el arte y la historia, habrán encontrado en la lectura de Sicilia mía el libro que andaban buscando.

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viernes, 15 de enero de 2016

101 secretos de Alemania. Guía para principiantes sobre la cultura alemana

101 secretos de Alemania

Elisabet García Barber
Libros.com, 2015
190 pp.

'101 secretos de Alemania' ofrece la ocasión de conocer el país desde dentro, a partir de la experiencia de quien llegó de nuevas y, anécdota a anécdota, fue aprendiendo los pequeños misterios que definen a un lugar y a las gentes que viven en él.


Elisabet García Barber
Libros.com, 2015
190 pp.





Un entretenimiento con sabor inconfundiblemente femenino es lo que nos ofrece ese 101 secretos de Alemania. Un libro con el que la autora se ofrece a acompañarnos para que conozcamos el país desde dentro, desde la experiencia de quien llegó de nuevas y, anécdota a anécdota fue aprendiendo los pequeños misterios que definen a un lugar y a las gentes que viven en él. Los secretos que lo hacen diferente a los demás lugares.

Elisabet García, la autora, apuesta por lo doméstico y al hacerlo lleva razón. Nada de lo que nos cuenta sale en los periódicos. Para quien llega a Alemania, lo que sale en las noticias le trae sin cuidado a la hora de enfrentar el día a día. Y al visitante, le distrae de todas esas cosas del ámbito cotidiano de las que puede que no se entere a lo largo de su viaje de vacaciones.

La vida de los alemanes -y se podría decir que de los habitantes de cualquier país- se organiza en la familia, en la casa, de puertas adentro. Está hecha de detalles, de comportamientos y rutinas de las que no hace falta hablar porque componen la base del día a día. Porque se transmiten de padres a hijos y componen de tal manera lo que llamaríamos el mundo real, que parece que nadie se da cuenta de que existan.

Nadie excepto Elisabet García que como recién llegada y como persona curiosa presta atención a lo pequeño y lo destaca para ir desvelando los secretos que forman la trama sobre la que se teje la vida del país. De Alemania en el caso que nos ocupa.

101 secretos de Alemania se lee a toda velocidad. Es un libro corto y ligero. Un libro que a pequeños saltos, al ritmo de cada secreto, sobrevuela la vida de los alemanes  y nos ofrece las noticias más básicas sobre su cultura. La autora es la primera en avisar de que se trata de un libro para principiantes. Y desde luego lo es. No tiene más pretensiones que picotear de aquí y de allí rozando, superficialmente, los asuntos más variados. Asuntos la mayor parte de las veces puramente anecdóticos, sazonados por algún toque de humor, o por alguna ironía que pone en comparación a alemanes y a españoles.

La navidad, el reciclado de la ropa, los parques infantiles, la educación, las frases que no hay que decir, las tradiciones, lo que rodea al consumo en el supermercado... todo un variado y heterogéneo inventario de temas componen este libro-mosaico hecho para destacar todo cuanto nos separa de los alemanes y, sin embargo, pacífico en el tono y la intención.

Nadie que busque profundizar en esa cultura que estamos acostumbrados a ver escrita con una K debe caer en la tentación de la lectura de este libro. Pero cualquiera que pretenda salir durante un rato de los espacios que ocupa lo importante, para relajarse dejándose llevar por lo intrascendente, y sin embargo real como la vida misma, hallará en 101 secretos de Alemania un buen acompañante. A cada cual le corresponde elegir según sus preferencias.

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martes, 5 de enero de 2016

Ecuatoria

Ecuatoria

Patrick Deville
Anagrama, 2015
336 pp.

Basado en hechos reales, Deville nos habla del pasado y del presente de esa África oscura donde los exploradores se perdieron en el pasado y donde hoy las guerras más terribles se han cebado con la población. Un libro excelente.


Patrick Deville
Anagrama, 2015
336 pp.





¿Es una novela?¿Un libro de historia?¿Un relato? Deville es un curioso historiador. Sostiene que conoce el año 1860 como si hubiera vivido en él. Y de este año parte con una serie de novelas donde el viaje tiene un papel fundamental porque sus temas abarcan el mundo entero y alcanzan las tierras más lejanas.

Basados en hechos reales, los relatos de Deville transcurren en el pasado tanto como en el presente. Un presente donde el autor aparece y habla en primera persona para contar sus experiencias. Ecuatoria, incluido en esta serie de relatos, es el libro al que nos referimos ahora y fija la atención en esa línea del ecuador africano que atraviesa el continente de lado a lado y transcurre por esas tierras oscuras donde los exploradores se perdieron navegando por ríos y tratando de encontrar caminos por donde seguir avanzando y donde hoy las guerras más terribles se han cebado con la población.

Jugando siempre con el pasado y el presente, empieza Deville poniendo en primer plano el entorno de ese año 1860 que de alguna manera es el punto de partida para extender el relato hasta nuestros días. Brazza el explorador francés o italiano, según se mire, que da nombre a Brazzaville, la capital de uno de los dos Congos, es el centro de la historia. Brazza es una excepción. En la época del primer colonialismo es un colonizador humano. Deville habla de él y de su enorme empeño y habla también de sus contemporáneos en esa epopeya que fue la exploración de africana.

Livingstone y Stanlely son el contrapunto de Brazza, como lo será la política de las potencias coloniales -Inglaterra, Francia, Bélgica, Alemania...- que acaban por definir el mapa del continente trazando fronteras y marcando las reglas del juego que acabará por imponerse en África.
Personajes, países, lugares en ese entorno del siglo XIX conforman la primera parte del libro donde predomina la historia y donde se ve crecer esa  atmósfera opaca y de crueldad extrema que Conrad, en esta misma época, dibuja en El corazón de las tinieblas.

Deville, de pronto, da un giro y el lector se pregunta si el autor no está jugando con él y poco de lo que ha estado contando es verdad. El libro bascula sobre el presente y es Deville quien viaja recorriendo de occidente a oriente esa línea del ecuador que da nombre al libro y de cuya agitada historia nos ha estado hablando hasta el momento. Ahora estamos en el presente y aparecen los nombres de los que hemos tenido noticias a través de los periódicos y que hemos olvidado o que confundimos. Lumumba, Mobutu, el Che -por citar a los más sonados-, los cubanos, las guerrillas y los mercenarios en el Congo, el desastre del genocidio de los tutsis a manos de los hutus en Ruanda, los campos de refugiados, la epopeya de los desplazados a través de la selva, el desarraigo, los soldados a la fuga ocultos entre sus víctimas... Una imagen nada complaciente se construye dentro de lo que es ya una normalidad en África.

La Ecuatoria que da título al libro fue el nombre auténtico de una región indefinida donde los británicos pusieron el pie al sur del Sudán cuando las fronteras estaban aún por concretar y África era en buena medida virgen todavía. De esa Ecuatoria queda hoy un mosaico de países que evolucionaron hacia la independencia y que han vivido, en medio de tensiones, lo que ha sido una historia compleja, llena de calamidades y sobresaltos. Deville nos cuenta esta historia de un modo nada convencional. Nos la cuenta mirando hacia atrás y también mirando al presente en el curso de un viaje hecho de numerosas etapas y de encuentros con los más diversos personajes. Un viaje cuyo objeto es justamente fundamentar el libro que nos ofrece. Merece mucho la pena la lectura de esta Ecuatoria convertida en palabras. Y puestos a ella, merece la pena también procurarse un buen mapa para seguir las peripecias de un relato que penetra en esas tinieblas africanas cuyos nombres y lugares sonarán a muchos pero que a la mayoría les será difícil situar.

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